Un espejo,
Una sombra,
Encaje y satén en la penumbra.
Espejos espejos espejos
Y un cuerpo.
Se arrastra el gusano hasta el centro del diamante,
Siguen girando las balas,
Nadie morirá,
Nadie seguirá con vida...
Ha escapado de sus venas el cuerpo enfermo,
Se estremece.
Velo envuelto en una roca
Apelmazado, transparente
Desnudo y ya sin nombre huyó su semblante tras un coro demente
Que desierto y ya sin oxigeno entona el himno permanente.
Es la muerte del sol y el coro en la gruta,
Cual vivientes estatuas desenvuelven sus fauces mudas.
Agoniza alegremente el rostro perdido….
Perdido de cordura,
Danzando el Ballet de la catástrofe en las catacumbas.
Volar....
oir el resquebrajado tiempo difuminarse a lo lejos,
besar la olvidada mano de la noche arrugada.
Volar:
sin anhelos
sin ninguna esperanza.
Volar sin mas,
por sobre todo.... sin compania.
Oir las sombras de aquellos que juraron morir....
eso ya no mas.
Sentir la infinidad de espejos dentro tuyo quebrantados,
eso y nada mas.
Elevarse hasta el negro sol,
el que en el abrazo retuerce sus espirales dentro tuyo,
aquel que encerro en sus entrañas al niño que jugaba a amar.
La Muerte esta muy viva
viva bajo su propio vestido,
bajo la su pureza
y entre venturas enfurecidas.
Oh! Muerte que agonizas sobre la virgen seda
deja tu dorada cabellera fluir....
hasta el magenta.
Con espanto contemplo el horror de vuestra Belleza.
¿Sera el Morir,
muerte divina,
el deseo que jamas se te conceda?.