
madre de los ancestros,
sublime misterio encarnado.
Parte de vuestra escencia encuentro
en la danza del fuego;
el aroma del alma inerte
- aquella que sello todo pacto en el osculo final -
Sutiles marcas de vuestra deidad
entre diamantes que pretenden "ser".
Me paseas
en un juego eterno
cual moribundos infantes.
¿Acaso debo atravesar el umbral
para unir el frankestain y hallarlo mal coronado?.
Te descubro; enfermedad
en cada gota de silencio que tomo prestada.
En mi lecho, mi santuario.
Y vos, señorita musica;
creadora de todo sentimiento
resucita!
invoquemos juntas.... la belleza.
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