22 sept 2012

II



Que heridos y perpetuos huyamos
Con blancas cabelleras latiendo a nuestros pies,
Que extasiadas e inmortales nuestras bestias nos acompañen.

¿O acaso creéis vosotros parásitos
Ser merecedores del espanto y sus placeres?

Vendrán con nosotros el crimen y el regocijo,
La dama ya muerta y la belleza de un resquebrajado espejo.

Nuestros cuerpos en blanco y negro
Harán pura la sangre de cada paraíso.
Entre tules y telarañas burlaremos al Amor.

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