16 nov 2017

Aroh al

Supe llamarte y no por invierno.
Por un segundo supe lamer tus respiraciones sin abrir demasiado tus venas.

Trascender. 
Por un segundo enterrar la niebla.
Tallar en tu cuerpo la dama o la piedra.

Sabanas y carcajadas… como enredaderas.
Jardines sin fantasmas, vigas sin cuerdas.
Suspiros de encanto sin ramas espesas.
Esquivos frente a la realidad allí disuelta.

Mas no es el fuego tu aire, 
ni es el laberinto tu escalera.

Ahora me resta desearte… 
en vez de flores de plata
El faro, el cristal y la puerta.

Ahora la mañana vuelve a ser mi cena.

Ya ves, no hay aire; 
pero cuanta belleza espera por nuestro juego ser descubierta.

14 ene 2017

(oiporp oido la ado u) gnihtaoL fleS



Beautiful demon, dangerous angel,
you're spinning on a triangle riding my soul through your fingers.
Asymmetric twin, your face is backwards, 
but you paint the triangle red, 
you set the silence on fire.

Powerful siren, clap your hands and make the sun kill the moon 
for your delight.
This city runs too fast for you to catch
and the buildings are hiding from you...

 Psychopath.

Late you go to sleep, through the higways of the past,
up to your tree in the desert sky.

The blood is dancing around your neck, the audience poorly blind,
they are fascinated by your scars.
And oh! little child! you scream, you cry...
pouring diamonds for them to catch.



26 dic 2014

soñeus sol ed arreit al ne aíd nu




No, no fue simplemente el pañuelo, el cual goteando de mi cuello me empujaba,
Aquel que a pesar del antifaz se notaba empapado en lágrimas robadas.

No creo culpable siquiera a la lluvia,
Quien caía desgarrada;
Caían de a poco, por partes, sus ruinas envueltas en su transparente sábana.

No sabría decir si fue una brisa o alguien que allí no estaba,
Las sobrias campanas de la iglesia
O aquellos que simplemente pasan.

La mía era la única ventana abierta,
La única luz encendida, la única vela apagada.
Aquel el último cigarrillo,
Y de mis habitaciones la última en rojo, la cual deseé jamás terminara.

Tal vez fue la última ceniza en caer de mi ventana,
Del mecido pasto su aroma,
Del río su calma.
Quizás el horror ya no me paralizaba
O simplemente caí desmayada.

La vida no duerme, más en su muerte descansa.

Caer, dormir, incluso ser empujada,
Lo que sea por en sueños recordarla.



25 jul 2014





I

Una aterradora reina
Con oro cosido a sus trenzas,
por pieles de lobo cubierta
Y rastros de azufre en sus ojos
Como enredaderas.

Vi su imagen formarse al otro lado del espejo,
Sentí su silueta en mi sombra
Y oí su grito de guerra en mi canción de cuna.

Al viento bailaba la tela de araña sobre la cuna,
La noche se hacía inmensa,
Los niños envejecían.
Pensé en olvidar mis perlas
bajo la almohada – ya un tanto vacía-
pero me llama la piedra gastada
y mis lágrimas no son blancas todavía.




II

“Sí, acepto”
Dijo en su boda con la locura;
Reunió las flores suficientes
Y anudando no más que un rojo pañuelo a su cuello
Partió
Sola – pero con ella-
Bajo la lluvia.

Tus labios oscuros
Con sangre dibujados…
Mi lengua apenas los acaricia.
Un soplo…
El bastón golpea el suelo,
Otra gota…
El baston apuñala la tierra seca,
Tu estremecimiento
Y la tierra muerta.




III

Con vos quiero ir al bosque
Y saltar la cuerda con las cadenas que atan a Prometeo.
Llorar la muerte de un desconocido,
Llorar mitad en burla, mitad de pena.

Cepillarnos el cabello con las alas de una serpiente,
Trepar a un árbol,
Seguir tu voz
Y desde las alturas sumergirme en el río.

Como un gato que hace acrobacias
Entre las cenizas.




26 feb 2014

ratrepsed




Despierto,
Flota en el agua tan solo un segundo mi cuerpo sin heridas;
Mis cabellos, sin colores y sin tiempo, aun abrazan la almohada.

Y caigo.
El florero y mi cabeza confunden sus restos en el suelo.

Mis pies zigzaguean y mi cuerpo es un péndulo en las alturas.
Al fin todo es calma.

Con calma intento atravesar la habitación en penumbras,
Respirar y deslizar mis descalzos pies sobre una alfombra de pájaros muertos.

Se abre la herrumbrada puerta, similar al lamento de alguien por el tiempo malherido.

Floto en el aire tan solo un segundo…
Y caigo.
No era verdad, no estoy viva.

22 ene 2014





¿Qué puedo hacer mas que extrañar olvidarte?
Extrañamente olvidar una flor sobre nuestra tumba;
Posar desnuda para un muerto con un pincel invisible.

Los ojos que ya no existen
Sutiles perforan mis huesos,
Los mismos que a ciegas arrastro,
Los que no me llevan a ninguna parte
Y al salir el sol me entierran entre sabanas.

¿Qué tanto se puede desear, que tan rápido correr?
Atravesar el bosque desierto
Alguna vez habitado por criaturas imposibles.

¿Qué mas puedo anhelar?
El mas profundo y triste de los besos,
Tu garganta vertiendo demonios en el mas blanco de mis vestidos.

O tal vez solamente
Que una noche lluviosa olvides cerrar tu ventana
Y asi reposar mi muerta silueta
Sobre tu cuerpo dormido.



¡Silencio!
Gritó la niña.
“Aquí me tienes”
Se oyó de repente en la habitación vacía;
O quizás en su atumultuada cabeza ya estallando en tedio.

Silencio,
El mismo que respiro y bebo,
Con quien cada noche comparto mi lecho;
A vos te ruego que a tu nombre correspondas
Y así cese el sonido de la muerte en mi cabeza.

“Eso no es posible, me temo,
Mientras sigas inyectando tu tiempo todo en mis gigantescas venas
Por siempre oirás mi canto."

Ella es quien me envía,
Ella, la de la negra flor nacida,
Ha desmontado su corcel una noche y ha dicho:
No eres digna.

Asi que aquí me tienes,
Solo a mi
Y para siempre.





Aulla y se retuerce de dolor la tercera piel de la malformada reina,
Su majestad tira de ella con ganchos y con cadenas,
Sin piedad y ya sin sangre en las venas.

No sólo será desterrado el pobre pellejo de la carne descompuesta,
Sino que en ésta situación ya es la tercera;
incluso el bufón de la corte parodia la burlesca escena.

La Reina Elefante,
Dueña de la más grotesca tristeza,
De Ella no se atreven a hablar siquiera las horas ya muertas.

Con Ella a los infantes amenazan para que de su plato traguen la dura piedra.
Nadie sabe cómo nació,
De Ella sólo es certero que no está muerta.

Ella quiere dormir en mi alcoba…
¿Cómo siquiera imaginar a su alteza?
Dicen que en su respiración se ocultan los gritos de mil almas en pena,
Y que al oírlos tan sólo una vez pasan a habitar en tu cabeza.

Ella quiere dormir conmigo…
Más ¿Cómo no desfallecer ante su presencia?
Dicen que siquiera posee extremidades
Y que sus ojos jamás se cierran.

No es mi intención parecer descortés…
Comienzo mi ruego a su doncella,
Más dime:
¿Quién podría dormir abrazado a en carne viva una silueta?

Una masa de carne pútrida,
De la que asesina los labios al lamerla.

¿Acaso tanto Dolor debía albergar Ella
por haber encontrado a quién llamar Belleza?

¿Acaso así es como ha de sentirse aquel
Que a través de los siglos ha llegado a comprender las edades de los muertos?

Dime dónde has escondido los cadáveres
de todo aquello que tus fauces no fueron capaces de devorar;
dime dónde yacen los agudos cuerpos de todo lo que aborreces…

En el espejo solamente una risa burlona,
Una risa sin labios, sin dientes
Y sin alma.